viernes, 2 de agosto de 2013

Capítulo 1- ¡A madrugar!


Es 21 de Julio, ¡por fin tengo vaciones!
El único problema es que vuelvo a estar "encerrada". Si, encerrada, me mandan a un campamento durante todo el verano por culpa de mis profesores, ¡qué le costaba aprobarme! Mis notas no han sido muy buenas... solo dos...solo aprove dos. Pero eso sí, aprové las recuperaciones, con un cinco. Claro, mis padres no están muy contentos conmigo, por eso me envían a ese estúpido campamento. Estaré sola. No encajaré. No soy como el resto de las chicas, no tengo amigas, solo amigos. La verdad es que las chicas de mi clase no me caen muy bien que digamos, prefiero la amistad de los chicos, encajo más. Soy desordenada, muy desordenada, me paso el dia frente al ordenador, y en vez de estudiar, la música es lo que hago. Me gusta hacer música con cualquier cosa, lo prefiero, prefiero pasar un boligrafo por la pared antes que sacar el libro de matemáticas y estudiar.

Me encontraba en la cama con los auriculares puestos y los ojos cerrados cuando la música cesó.
-¿Qué pasa?-pregunté molesta. No me gusta que me corten las canciones.
-Guarda todas tus cosas en las maletas para el campamento, mañana nos iremos temprano-dijo mi madre abriendo el armario.
-¿Temprano qué hora es?
-Seis de la mañana-sacó perchas
-¡Joder!-grité.
-___, esa boca-me riñó
-Es muy temprano, ¿tan lejos está?
-Está a 296 kilómetros de aquí
-¿Y hay que levantarse tan pronto?-me quejé
-Si. Hay que estar allí a las diez. -Nos va a sobrar tiempo.
-Mejor temprano que tarde-Volteé los ojos.-Ahora arriba perezosa, prepara las cosas-salió de mi habitación.
Puse otra vez los auriculares en mis oidos y conecté el cable al movil, lo guarde en el bolsillo y me levanté.
No sabía que llevarme, así que metí toda mi ropa en las maletas, bolsa de aseo con todo ya dentro, alguna pomada y medicina, anti-mosquitos, crema solar, algo para entretenerme, el estéreo pequeño, discos de música, maquillaje,... vamos, todas mis cosas. Cogí maleta por maleta y bajé las escaleras para dejarlas en el recibidor de la puerta. Nueve maletas y el neceser.
-Valla, demasiadas cosas-dijo mi padre saliendo de la cocina
-Necesito todas estas cosas para estar todo el verano allí-dije con arrogancia
-Hija...
-¡La cena está lista!-gritó mi madre
-No quiero cenar-me subí a mi habitación y seguí pensando en el campamento. Al poco tiempo, me quedé dormida.

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